lunes, 31 de enero de 2011

Tomares en el punto de mira

Se puede estar de acuerdo o no con la información, se puede tener razón o no, los datos pueden ser verdaderos o no, que no lo sé, pero recurrir a la pistola, recurso al miedo, al lenguaje agresivo, me parece personalmente zafio y ruin. Es más, si pretende el PSOE de Tomares alcanzar la alcaldía, debería plantearse, desde mi humilde opinión, una propaganda más constructiva y respetuosa.

Ah, y por favor, señores del PSOE de Tomares, usen un papel de más calidad, que después llueve, -como suele ocurrir en invierno-, y nos tenemos que llevar los tomareños un buen rato rascando en el cristal de nuestro coche antes de ir a trabajar... vamos, todo un acierto.



Repito, la pistola... ¿qué querrá comunicar realmente el PSOE con esa reiterada alusión a la violencia ajena, a una pistola que nos apunta directamente?

viernes, 21 de enero de 2011

Tomares, una gestión coherente

He de reconocer que desde que el alcalde de Tomares, José Luís Sanz, vino a mi casa, me he interesado un poco más, si cabe, por la política de nuestro pueblo. Por todo lo que supuso la gestión de la antigua alcaldesa del PSOE, Antonia Hierro, el cambio que se produjo con la llegada del Partido Popular al consistorio y la regeneración económica, social y cultural que se ha venido sucediendo en estos últimos cuatro años, al menos, en cuanto al nuevo sentido político que se le dieron a los recursos de los que se disponían para invertir en la mejora global de la localidad, tanto en el entorno del Aljarafe y de la provincia de Sevilla, como de Andalucía.

Conociendo la realidad de otras localidades sevillanas, puedo decir que el esfuerzo que se ha realizado para lograr el bienestar que, de un modo u otro, disfrutamos en Tomares, se debe en gran medida a ese cambio de gestión institucional, en el que las subvenciones de la Junta de Andalucía han ido desapareciendo poco a poco a medida que se difuminaba el recuerdo del gobierno socialista de Hierro.

El mismo hecho de que se haya logrado construir en estos tiempos tan difíciles, por ejemplo, un centro de primaria como el CEIP Infanta Leonor, contando sólo con el dinero del municipio, - sin ninguna ayuda del gobierno autómico al que, paradójicamente, le corresponde gestionar dicho centro-, supone, a mi entender, un éxito descomunal -si me permiten la expresión-.

Teniendo en cuenta el endeudamiento en el que se encuentran la mayoría de ayuntamientos de la provincia de Sevilla y de toda Andalucía, algunos muy cercanos con problemas gravísimos de impagos a sus trabajadores, el ayuntamiento de Tomares, ha tenido que hacer frente, desde el principio, a gravísimos problemas de déficit que ha ido superando en estos cuatro años, pienso, a base de una política de austeridad y de una gestión coherente con las necesidades de todos los habitantes de Tomares. Justa y llanamente lo que le hace falta a cualquier municipio. Y eso, se compartan las ideas políticas de José Luís Sanz o no, se ha de reconocer.

viernes, 14 de enero de 2011

Peligro público de primera instancia

Hace bastantes días que no me acerco por mi pequeño rincón tomareño de internet porque estoy inmerso en una empresa ardua, repleta de peligros y engaños, acuciada al triunfo forzoso. Puede parecer una tontería, pero dejar de fumar, después de veinte años haciéndolo, ocupa el cien por cien de mi débil voluntad de fumador empedernido.

Y es que, he caído en la cuenta gracias a los adalides de las buenas maneras, del buen rollito, de la igualdad desigual y de las unicidades desmesuradas, de que me he convertido en un auténtico agresor social, un peligro público de primera instacia y de audiencia nacional, un maltratador de los derechos, un agresor constitucional, un ser susceptible de apoquinar y solucionar en algo el derroche de los políticos a base de multazos. Y todo, por exhalar el humo de mi cigarro tomándome una cerveza o el culillo del café después de la tostada con zurrapa en el escueto hueco que separa la esquina de la barra del bar más cercano a mi casa y la puerta del mismo. Una distancia que no llega a cubrir medio metro, pero que para muchos, y los "derechistas" (los que hacen gala de sus derechos aunque no lleven razón) supone la invasión más execrable de su lastimosa y victimosa sensibilidad medioambiental.

Hasta ahí puedo entenderlo, hasta eso puedo hacerlo, porque en mi familia, lo que se dicen fumadores, sólo soy yo, y procuro lo indecible para que los míos no tengan de tragar las consecuencias de mi propio pecado, pero lo que no puedo soportar es la hipocresía, la desfachatez y el engaño que supone esta nueva ley estrella de un gobierno que se dedica fundamentalmente a dos cosas, a ocultar y disipar los problemas reales de todos los españoles con leyes absurdas (sobre todo en su forma) y a introducirse paulatinamente en la vida privada de cada individuo, a ocupar ese espacio único de libertad que le queda al ciudadano como anteproyecto de lo que los señores (----as) ministros llaman "cambio social". En esas estamos.

Bueno, al menos, a los fumadores, incluso a los que estamos intentando ser ex-es, nos queda la opción de que si alguien nos llama feos por la calle, gracias al sublime y excelso pensamiento lógico-racional de Leire Pajín, podamos recuperar lo que nos quitan (de pasta y de dignidad). Qué haríamos sin ella. Y es que, donde las dan, las toman.

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